La Bella Durmiente, versión bizarra

Como bonus extra, les publico la "versión original" de la historia de la Bella Durmiente que fue dramatizada el día de hoy como entrada de la Casa Slytherin, en la primera reunion de ED.

He de aclarar que esta versión es más explícita, más fuerte y más asquerosa que la que fue contada esta tarde. Si por alguna razón crees que no podrás leerlo, salte de inmediato de esta página. Si por el contrario te llama la atención las versiones bizarras de los cuentos, y quieres conocer cómo fue concevida originalmente ésta en mi mente, haz clic en Seguir Leyendo para disfrutarla.


La Bella Durmiente
(Versión Bizarra)
By LaSk

Érase una vez una chica muy bonita, que provenía de la alta sociedad. Ella era una persona muy envidiada por su belleza, cosa que enorgullecía mucho a su madre.

Una tarde, mientras paseaba por el pueblo donde vivía, fue secuestrada por un sádico, el cual se la llevó a su escondite, la ultrajó, golpeó y torturó por horas y horas. Cuando se cansó de ella, la dejó abandonada en el bosque para que se muriera desangrada.

Pero su cuerpo no desfalleció, aguantó tres largos días de agonía hasta que finalmente fue encontrada por un par de vecinos que paseaban por el lugar. Llamaron una ambulancia y se la llevaron al hospital más cercano. Ahí la reconocieron con mucha dificultad por el estado de sus heridas y llamaron a sus familiares, que estaban muy preocupados por la chica. Cuando la madre arribó, el doctor de turno le dijo la mala noticia: su hija estaba en estado de coma y no iba a volver a despertar.

A la mujer no le importó lo que le decían los médicos, y de tanto insistir logró llevarse a su hija a su mansión, donde le daría todos los cuidados necesarios hasta que ella “despertara”.

Los años fueron pasando, la familia fue dispersándose, y al final la mujer se quedó sola en su casa, cuidando de su hija que no mostraba signos de mejoría alguna. La razón de la madre también fue desmejorando, veía cosas, oía cosas, se imaginaba que su hija un buen día se levantaría y le pediría desayuno, y por las noches le contaba historias de hadas al lado de su cama, mientras le cambiaba el suero que seguía suministrándole.

Pasaron diez, veinte, treinta años y no ocurría nada nuevo. La mujer, ya completamente loca, había descuidado mucho el estado de su casa. Estaba toda sucia, las plantas habían crecido donde no deberían, la cocina era un criadero de gusanos, y los baños no podían llamarse así, puesto que ahora todo lugar era bueno para hacer sus necesidades.

Un buen día, a la anciana mujer se le metió en su cabeza que su hija sólo iba a despertar con el beso de su verdadero amor. Así que salió de su casa y llegó al pueblo donde empezó a correr el rumor de una princesa que se hallaba “dormida a causa de una rueca encantada” en la habitación superior de la mansión al final de la colina. Le dijo a varios chicos del lugar que una vez la princesa sea besada, todo lo feo y desastroso del lugar se transformaría en bonito y elegante, y que una vez la chica despierte, ellos serían bendecidos por la providencia y vivirán “felices por siempre”.

Muchos valientes intentaron cumplir con la proeza, pero no lograban llegar ni siquiera a la habitación de la princesa, por el nauseabundo olor que había en la mansión. Pero, por cosas del destino, finalmente hubo alguien que pudo aguantarse y logró llegar más lejos que cualquier otra persona.

Este “príncipe”, que tenía una habilidad natural para aguantar los malos olores, entró a la mansión y descubrió con desagrado que el lugar estaba destruido por años de negligencia. Había una espesa capa de polvo en el suelo, en las paredes habían grandes marcas de excrementos humanos, en la cocina los insectos habían infectado el lugar y las cucarachas se paseaban por la comida casi descompuesta que estaba en la estufa. El hombre subió las escaleras, no sin antes notar que el pasamano estaba recubierto por telarañas y una sustancia viscosa que él no logró reconocer, y llegó a la habitación donde reposaba la princesa.

Al entrar, otra bocanada de olor putrefacto le invadió la garganta y notó que el papel de las paredes del cuarto estaba desgarrado por arañazos, el espejo estaba cubierto con centenares de fotografías, todas ellas de la princesa en sus tiempos de moza, pero a la vez rayadas con marcador rojo donde debía de estar su cara, como si la que hubiese echo eso no quisiera reconocer la cara de la chica nunca más. El príncipe se armó del resto de su valentía que le quedaba y se acercó a la cama.

Al ver a la mujer, casi le vomitó encima. Tantos años de desidia la habían dejado en un estado deplorable. En sus ojos, las lagañas la cubrían como si tuviera un par de telarañas; debajo de su nariz, la mucosidad se había salido y secado de tal forma que parecía tener un bigote muy repugnante; la maraña de cabello le había crecido tanto y nunca había sido limpiado, que el olor y el pegoste se sentía tan sólo de mirarlo; la piel de la mujer estaba invadido por pústulas y manchas desagradables, por el excesivo sudor no limpiado; las sábanas estaban impregnadas por el excremento y la orina de la mujer, ya que su madre hacía ya un tiempo que no le cambiaba la ropa de cama; y las uñas, tanto la de las manos como la de los pies, estaban tan largas que parecían garras de algún animal de rapiña.

Al chico le pasó por la mente dejar todo y marcharse de inmediato del lugar, pero él estaba necesitado de dinero, y la fortuna de la princesa podían salvarlo de la bancarrota, además, recordó que una vez ella sea besada, el “hechizo” se iba a romper y todo volvería a su estado normal, incluyéndola a ella. Cerró los ojos y bajó la cabeza y dirigió sus labios a los de ella.

Al momento de besarla, el aroma de la muerte le bajó por su garganta y le llegó al cerebro, la sensación de que abandonaba su cuerpo se hizo presente y pronto descubrió toda la verdad: La princesa había fallecido hace unos cuantos días y a él lo habían conducido con engaños a su propia muerte. El sabor de la putrefacción en su boca era tan fuerte, que se llevó ambas manos a su cuello mientras sus fuerzas cedían y se dejaba caer al lado de su princesa, donde finalmente moriría, y ambos reposarían “felices para siempre”.

FIN

 

1 Persona ha comentado la nota de LaSk La Bella Durmiente, versión bizarra

  1. Anónimo Says:
    a la mierd@ k assscoooo te pasaste de rata y el pata bien idiota pa comerse el cuento realmente me dio asco pero no pude dejar de leer jejeje en el fondo fuera del asco tuvo paja